Flick rebaja la presión: “No hay favorito, solo ganas de luchar por el título”

A pocas horas de que ruede el balón en La Cartuja, el entrenador del FC Barcelona, Hans-Dieter Flick, lanza un mensaje de serenidad, humildad y ambición. Frente al Real Madrid, en una de las finales más esperadas de los últimos años, el técnico alemán evita cargar a los suyos con la etiqueta de favoritos y prefiere centrarse en el crecimiento del grupo y en la importancia de la experiencia.

“Tenemos que disfrutar del partido”, afirmó Flick, con su habitual tono equilibrado. “Tenemos un equipo muy joven y es una gran experiencia para todos. Jugamos contra uno de los mejores equipos del mundo, no hay favorito”.

Con estas palabras, el entrenador azulgrana intenta liberar a sus futbolistas de la presión mediática, sabiendo que muchos de ellos disputarán su primera final con el club. Lejos de la euforia, Flick apuesta por el enfoque colectivo, por el trabajo silencioso y por una motivación interna que, según él, ha ido creciendo a lo largo de toda la temporada: “Queremos empezar, queremos luchar por este trofeo”.

El técnico alemán ha sabido transformar al Barça en un equipo competitivo, pero su discurso demuestra que no se conforma con haber llegado a la final. Sabe que ganar no es fácil, pero también sabe lo que significa estar a las puertas de un título. Y aunque evita hablar de favoritismos, deja entrever la ambición que impregna al vestuario: “Esta final es parte del camino que comenzamos meses atrás. No se trata solo de competir, sino de demostrar que estamos listos para volver a ganar”.

Para Flick, el respeto por el rival es incuestionable, pero también lo es la confianza en los suyos. Un equipo joven, lleno de talento, que buscará este sábado dar un paso adelante en su madurez futbolística. Y qué mejor escenario que una final ante el eterno rival.

El Barcelona llega con ilusión, con una grada que promete teñir de blaugrana La Cartuja, y con un mensaje claro de su entrenador: no se trata de etiquetas ni de presión, sino de una oportunidad. Una que puede marcar el inicio de una nueva era.